lunes, 31 de diciembre de 2012

Santa María Madre de Dios - Juan Pablo II

JUAN PABLO II
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 27 de noviembre de 1996
María, Madre de Dios
(Lectura: evangelio de san Lucas 1,34-35)

          1. La contemplación del misterio del nacimiento del Salvador ha impulsado al pueblo cristiano no sólo a dirigirse a la Virgen santísima como a la Madre de Jesús, sino también a reconocerla como Madre de Dios. Esa verdad fue profundizada y percibida, ya desde los primeros siglos de la era cristiana, como parte integrante del patrimonio de la fe de la Iglesia, hasta el punto de que fue proclamada solemnemente en el año 431 por el concilio de Éfeso.
          En la primera comunidad cristiana, mientras crece entre los discípulos la conciencia de que Jesús es el Hijo de Dios, resulta cada vez más claro que María es la Theotokos, la Madre de Dios. Se trata de un título que no aparece explícitamente en los textos evangélicos, aunque en ellos se habla de la "Madre de Jesús" y se afirma que él es Dios (Jn 20, 28, cf. 5, 18; 10, 30. 33). Por lo demás, presentan a María como Madre del Emmanuel, que significa Dios con nosotros (cf. Mt 1, 22­23).
          Ya en el siglo III, como se deduce de un antiguo testimonio escrito, los cristianos de Egipto se dirigían a María con esta oración: "Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios: no desoigas la oración de tus hijos necesitados; líbranos de todo peligro, oh siempre Virgen gloriosa y bendita" (Liturgia de las Horas). En este antiguo testimonio aparece por primera vez de forma explícita la expresión Theotokos, "Madre de Dios".

Santa María Madre de Dios - Beato Columba Marmion

Santa María Madre de Dios

Por cualquier parte que dirijamos la mirada de nuestra fe considerando este comercio, y sean cuales fueren los detalles en que nos fijemos, siempre nos parecerá admirable.
¿Acaso no es admirable el parto de una Virgen? Natus ineffabilier ex virgine. Una madre jovencita ha dado a luz al Rey cuyo nombre es eterno, uniendo la honra de la virginidad a las alegrías de la maternidad: nadie antes de ella vio tal prodigio, ni verá tampoco después otro semejante. ¿Por qué me admiráis, Hijas de Jerusalén? El misterio que en mí veis realizado es del todo divino”.
Admirable, por cierto, se nos presenta esta unión indisoluble, aunque sin confusión de la divinidad y de la humanidad en la persona única del Verbo: Mirabile mysterium: innovantur naturae. Admirable es este trueque ­divino, por los contrastes que caracterizan su reali­zación: Dios nos da parte en su divinidad, si bien la humanidad que Él toma para  comunicarnos su vida di­vida, es débil y flaca, sensible al dolor, homo sciens infirmitatem (Is. 53,3), accesible a la muerte, para que esta muerte nos devuelva la vida. Admirable es este cambio en su origen, que no es otro sino el amor infinito que Dios nos profesa. Sic Deus dilexit mundum, et suum Filius Unigenitum daret (Jn 3, 16). Tanto amó Dios al mun­do, que le dio su Hijo unigénito. Dejemos rebosar' de gozo a nuestras almas, cantando con la Iglesia: Parvulus natus est nobis et Filius datus est nobis

Santa María Madre de Dios - Guión litúrgico

ENTRADA:
Hermanos: Culminando la octava de la Navidad, miramos nuevamente la escena del Nacimiento de Jesús, y con la Iglesia contemplamos a María, la Virgen Madre de Dios. El concilio de Éfeso definió dogmáticamente la maternidad divina de María santísima, nuestra Fe nos asegura que El Hijo de Dios se hizo hombre, y es una Persona divina la que se encarnó en el seno purísimo de la santísima Virgen María. Por eso la Iglesia la reconoce como Madre del Verbo hecho carne, y de esta manera como Madre de Dios.
Reunidos para celebrar la eucaristía e invocar la intercesión de Nuestra Señora de manera especial en este día en que la Iglesia celebra la jornada mundial de oración por la Paz
Comenzamos nuestra celebración cantando…

domingo, 30 de diciembre de 2012

Oraciones por la familia - Juan Pablo II - Pablo VI - Pío XII -Benedicto XVI - Madre Teresa (otras)



Oración por la familia por Juan Pablo II
Oh Dios, de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra, Padre, que eres Amor y Vida, haz que en cada familia humana sobre la tierra se convierta, por medio de tu Hijo, Jesucristo, "nacido de Mujer", y del Espíritu Santo, fuente de caridad divina, en verdadero santuario de la vida y del amor para las generaciones porque siempre se renuevan.
Haz que tu gracia guíe a los pensamientos y las obras de los esposos hacia el bien de sus familias y de todas las familias del mundo.
Haz que las jóvenes generaciones encuentren en la familia un fuerte apoyo para su humanidad y su crecimiento en la verdad y en el amor.
Haz que el amor, corroborado por la gracia del sacramento del matrimonio, se demuestre más fuerte que cualquier debilidad y cualquier crisis, por las que a veces pasan nuestras familias.
Haz finalmente, te lo pedimos por intercesión de la Sagrada Familia de Nazaret, que la Iglesia en todas las naciones de la tierra pueda cumplir fructíferamente su misión en la familia y por medio de la familia. Tú, que eres la Vida, la Verdad y El Amor, en la unidad del Hijo y del Espíritu santo.

sábado, 29 de diciembre de 2012

El camino para la realización del bien común y de la paz pasa ante todo por el respeto de la vida humana - Benedicto XVI


MENSAJE DE SU SANTIDAD
BENEDICTO XVI
PARA LA CELEBRACIÓN DE LA
XLVI JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ
1 DE ENERO DE 2013
BIENAVENTURADOS LOS QUE TRABAJAN POR LA PAZ

          1. Cada nuevo año trae consigo la esperanza de un mundo mejor. En esta perspectiva, pido a Dios, Padre de la humanidad, que nos conceda la concordia y la paz, para que se puedan cumplir las aspiraciones de una vida próspera y feliz para todos.
          Trascurridos 50 años del Concilio Vaticano II, que ha contribuido a fortalecer la misión de la Iglesia en el mundo, es alentador constatar que los cristianos, como Pueblo de Dios en comunión con él y caminando con los hombres, se comprometen en la historia compartiendo las alegrías y esperanzas, las tristezas y angustias[1], anunciando la salvación de Cristo y promoviendo la paz para todos.
          En efecto, este tiempo nuestro, caracterizado por la globalización, con sus aspectos positivos y negativos, así como por sangrientos conflictos aún en curso, y por amenazas de guerra, reclama un compromiso renovado y concertado en la búsqueda del bien común, del desarrollo de todos los hombres y de todo el hombre.
          Causan alarma los focos de tensión y contraposición provocados por la creciente desigualdad entre ricos y pobres, por el predominio de una mentalidad egoísta e individualista, que se expresa también en un capitalismo financiero no regulado. Aparte de las diversas formas de terrorismo y delincuencia internacional, representan un peligro para la paz los fundamentalismos y fanatismos que distorsionan la verdadera naturaleza de la religión, llamada a favorecer la comunión y la reconciliación entre los hombres.
          Y, sin embargo, las numerosas iniciativas de paz que enriquecen el mundo atestiguan la vocación innata de la humanidad hacia la paz. El deseo de paz es una aspiración esencial de cada hombre, y coincide en cierto modo con el deseo de una vida humana plena, feliz y lograda. En otras palabras, el deseo de paz se corresponde con un principio moral fundamental, a saber, con el derecho y el deber a un desarrollo integral, social, comunitario, que forma parte del diseño de Dios sobre el hombre. El hombre está hecho para la paz, que es un don de Dios.
          Todo esto me ha llevado a inspirarme para este mensaje en las palabras de Jesucristo: «Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios» (Mt 5,9).

Sagrada Familia de Jesús, María y José - Guión litúrgico

ENTRADA:
Hermanos: El Domingo siguiente a Navidad, celebramos la Fiesta de la Sagrada Familia. Quiere la Iglesia que, además de los días dedicados a celebrar separadamente al Niño Jesús, a María Santísima y al Patriarca San José, se haga recuerdo hoy de los tres juntos, formando la familia ejemplar y modelo de lo que debe ser, según Dios y el Evangelio, la familia cristiana de todos los tiempos.
Veneramos hoy al Hijo de Dios como hijo de familia, a la Gloriosa Virgen María como madre de familia y a San José como padre y Jefe de familia; y se recuerda a los padres y a los hijos de hoy, su condición de tales y sus respectivos y mutuos deberes, y la obligación de todos juntos para con Dios.
Esto ha tenido presente la Iglesia al renovar con la Fiesta de la Sagrada Familia el hermoso ideal de la antigua familia cristiana, al que anhela reconducir otra vez al mundo, hijo pródigo y prófugo de ella.
La Sagrada Familia reflejo de la Trinidad, y la Familia Trinitaria es el fundamento primero y último de todo verdadero hogar. Nos ponemos de pie para comenzar esta Santa Misa y cantamos…

Sagrada Familia de Jesús,María y José (ciclo c) - Catena Aurea

Lucas 2, 41-52
Iban sus padres todos los años a Jerusalén por la fiesta solemne de la Pascua.
Teniendo el Niño ya doce años cumplidos, habiendo subido a Jerusalén, según solían de aquella solemnidad; acabados aquellos días así que se volvían, se quedó el niño Jesús en Jerusalén sin que sus padres lo advirtiesen. Antes bien creyendo que venía con alguno de los de su comitiva, anduvieron la jornada entera buscándole entre los parientes y conocidos. Y como no le hallasen, se volvieron a Jerusalén en busca suya. Y al cabo de tres días de haberle perdido, le hallaron en el templo sentado en medio de los doctores, que ora los escuchaba, ora les preguntaba; y cuantos le oían, quedaban pasmados de su sabiduría y sus respuestas. Al verle, pues, sus padres, quedaron maravillados. Y le dijo su Madre: "Hijo ¿por qué te has portado así con nosotros? Mira cómo tu padre y yo, llenos de aflicción, hemos andado buscándote". Y El les respondió: "¿Cómo es que me buscabais? ¿No sabíais que yo debo emplearme en las cosas que miran al servicio de mi Padre?" Mas ellos no entendieron el sentido de su respuesta.
En seguida se fue con ellos, y vino a Nazaret, y les estaba sujeto. Y su Madre conservaba todas estas cosas en su corazón. Jesús entretanto crecía en sabiduría, en edad y en gracia, delante de Dios y de los hombres.


San Juan Crisóstomo, Orat. 2, contra Judaeos
Mandaba la ley observar no sólo el tiempo, sino también el lugar en las solemnidades de los hebreos, y por tanto los padres de Jesús no querían celebrar la Pascua fuera de Jerusalén.

San Agustín, de consensu evangelistarum, 2, 10
¿Cómo, pues, los padres de Jesús iban todos los años durante su infancia a Jerusalén, si se lo impedía el temor a Arquelao? No sería difícil desvanecer esta duda si alguno de los evangelistas hubiese dicho el tiempo que Arquelao reinó. Porque pudo suceder que fuesen a Jerusalén en los días festivos, ocultándose en seguida, puesto que temían hacerse visibles si permanecían allí en los demás días, y pasar por irreligiosos si no asistían a las solemnidades. Pero, como todos guardan silencio respecto del tiempo que reinó Arquelao, pueden interpretarse las palabras de San Lucas: "Iban sus padres todos los años a Jerusalén" en el sentido de que lo hacían así cuando no era ya de temer aquel rey.

Fiesta de la Sagrada Familia de Jesús, María y José - Juan Pablo II

Familiaris consortio
Conclusión
A vosotros esposos, a vosotros padres y madres de familia.
A vosotros jóvenes, que sois el futuro y la esperanza de la iglesia y del mundo, y seréis los responsables de la familia en el tercer milenio que se acerca.
A vosotros, venerables y queridos hermanos en el Episcopado y en el sacerdocio, queridos hijos religiosos y religiosas, almas consagradas al Señor, que testimoniáis a los esposos la realidad última del amor de Dios.
A vosotros, hombres de sentimientos rectos, que por diversas motivaciones os preocupáis por el futuro de la familia, se dirige con anhelante solicitud mi pensamiento al final de esta Exhortación Apostólica.
¡El futuro de la humanidad se fragua en la familia!

SagradaFamilia de Jesús, María y José (ciclo c) - Santo Tomás de Aquino


A) JESÚS CRECÍA
a) Exordio. Jesús, modelo de adolescentes
Todas las obras del Señor fueron ejemplo saludable. Yo os he dado el ejemplo para que vosotros hagáis también como yo he hecho (lo. 13,15). Cristo adolescente se lo da a los jóvenes de lo que más necesitan, a saber, de cómo han de crecer y aprovechar. Invoquemos a Dios antes de seguir.
b) CUATRO CRECIMIENTOS DEL SEÑOR
Et lesus proficiebat... (Le. 2,52). Cuatro crecimientos observamos en Jesús: en edad en cuanto al cuerpo, en ciencia en cuanto a la inteligencia, en gracia en cuanto al alma, y, finalmente, ante los hombres. Es admirable que el Eterno creciera en edad, el infinitamente sabio en ciencia, el autor de la gracia en ella misma, y que esto fuera ante los hombres en vez de los hombres ante El.
El crecimiento de la edad es fácilmente inteligible. Los otros son más difíciles, pues si su gloria era como de Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad (lo. 1,14), lleno debió estar siempre, pues siempre fue Unigénito.
Dícese que alguien crece en ciencia, no sólo cuando la va adquiriendo, sino cuando la va manifestando. Cristo de tal manera quiso conformarse a nuestra naturaleza humana, que manifestó su saber acomodándose al crecimiento normal.

viernes, 28 de diciembre de 2012

Los Nuevos Santos Inocentes

Número inmenso de niños muertos antes de nacer
por las manipulaciones genéticas y el aborto.`

por Margarita Fraga Iribarne

Comunicación al X Congreso Católicos y Vida Pública
Cristo, la esperanza fiable

Mesa Redonda Mártires de la Esperanza
Madrid
, 21 al 23 de noviembre de 2008


          ¿Quiénes son los Santos Inocentes?
          Son los niños inocentes a quienes el Rey Herodes mandó matar a causa del odio y el miedo que le produjo el anuncio, hecho por los Magos de Oriente, del nacimiento del “Rey de los judíos” (Mt 2, 1-18).
          Estos primeros mártires fueron “la generación perdida” en Belén, en los comienzos de la Era Cristiana. Mientras Jesús, al llegar a la adolescencia, aprendía el oficio de carpintero en Nazaret, en Belén y sus alrededores faltaban aprendices de pastores, de mercaderes, de rabinos… ¿Qué hubieran llegado a ser estos niños? ¿Acaso hubiesen sido discípulos de su coetáneo Jesús...? No lo sabemos. A los Santos Inocentes les arrebataron su vida violentamente por odio a Cristo y sin ser explícitamente confesores de la fe, la Iglesia los considera mártires.

          ¿Quienes son los Santos Inocentes hoy?
          Los nuevos Santos inocentes son “el número inmenso de niños a quienes se impide nacer” (Oración por la vida. Encíclica Evangelium Vitae, nº 105) por el aborto y las manipulaciones genéticas. La muerte de estos niños inocentes es una ofensa directa a Dios, dado que ”el Hijo de Dios, con su encarnación, se ha unido en cierto modo, con todo hombre” (Conc. Ecum. Vat II. Gaudium et Spes, 22; Evangelium Vitae, nº 104).
La causa última de estas muertes es el desprecio a la vida por desconocimiento del amor personal de Dios presente en cada hombre ya concebido y es también demostración patente del odio del Maligno a la gloria de Dios: “El hombre que vive es la gloria de Dios”, siguiendo la enseñanza luminosa de S. Ireneo de Lyon (Evangelium Vitae, nº 34).
Los Santos Inocentes de hoy constituyen “la generación perdida”, cuyas consecuencias se hacen cada vez más patentes: faltan aprendices, estudiantes, vocaciones religiosas… Constatamos un invierno demográfico que empobrece nuestra sociedad.

jueves, 27 de diciembre de 2012

La valentía de San Juan al confesar su fe queda para todos nosotros como un ejemplo y un estímulo - Benedicto XVI

BENEDICTO XVI
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 5 de julio de 2006
Juan, hijo de Zebedeo

          Queridos hermanos y hermanas: 

          Dedicamos el encuentro de hoy a recordar a otro miembro muy importante del Colegio apostólico:  Juan, hijo de Zebedeo y hermano de Santiago. Su nombre, típicamente hebreo, significa "el Señor ha dado su gracia". Estaba arreglando las redes a orillas del lago de Tiberíades, cuando Jesús lo llamó junto a su hermano (cf. Mt 4, 21; Mc 1, 19).
          Juan siempre forma parte del grupo restringido que Jesús lleva consigo en determinadas ocasiones. Está junto a Pedro y Santiago cuando Jesús, en Cafarnaúm, entra en casa de Pedro para curar a su suegra (cf. Mc 1, 29); con los otros dos sigue al Maestro a la casa del jefe de la sinagoga, Jairo, a cuya hija resucitará (cf. Mc 5, 37); lo sigue cuando sube a la montaña para transfigurarse (cf. Mc 9, 2); está a su lado en el Monte de los Olivos cuando, ante el imponente templo de Jerusalén, pronuncia el discurso sobre el fin de la ciudad y del mundo (cf. Mc 13, 3); y, por último, está cerca de él cuando en el Huerto de Getsemaní se retira para orar al Padre, antes de la Pasión (cf. Mc 14, 33). Poco antes de Pascua, cuando Jesús escoge a dos discípulos para enviarles a preparar la sala para la Cena, les encomienda a él y a Pedro esta misión (cf. Lc 22, 8).

miércoles, 26 de diciembre de 2012

San Esteban sobre todo nos habla de Cristo - Benedicto XVI

BENEDICTO XVI
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 10 de enero de 2007
San Esteban, protomártir

Queridos hermanos y hermanas:
Después de las fiestas, volvemos a nuestras catequesis. Había meditado con vosotros en las figuras de los doce apóstoles y de san Pablo. Después habíamos comenzado a reflexionar en otras figuras de la Iglesia primitiva. Hoy reflexionaremos en la persona de san Esteban, que la Iglesia festeja al día siguiente de Navidad. San Esteban es el más representativo de un grupo de siete compañeros.
La tradición ve en este grupo el germen del futuro ministerio de los "diáconos", aunque es preciso constatar que esta denominación no se encuentra en el libro de los Hechos de los Apóstoles. En cualquier caso, la importancia de san Esteban se manifiesta por el hecho de que san Lucas, en este importante libro, le dedica dos capítulos enteros.
La narración de san Lucas comienza constatando una subdivisión que existía dentro de la Iglesia primitiva de Jerusalén: estaba compuesta totalmente de cristianos de origen judío, pero algunos de estos eran originarios de la tierra de Israel —se les llamaba "hebreos"—, mientras que otros, de fe judía veterostestamentaria, procedían de la diáspora de lengua griega —se les llamaba "helenistas"—. Por eso comenzaba a perfilarse un problema: se corría el riesgo de descuidar a las personas más necesitadas entre los helenistas, especialmente a las viudas desprovistas de todo apoyo social, en la asistencia para su sustento diario.

martes, 25 de diciembre de 2012

Navidad - Benedicto XVI (2012)

MISA DE NOCHEBUENA
SOLEMNIDAD DE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR
HOMILÍA DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI
Lunes 24 de diciembre de 2012

Queridos hermanos y hermanas
Una vez más, como siempre, la belleza de este Evangelio nos llega al corazón: una belleza que es esplendor de la verdad. Nuevamente nos conmueve que Dios se haya hecho niño, para que podamos amarlo, para que nos atrevamos a amarlo, y, como niño, se pone confiadamente en nuestras manos. Dice algo así: Sé que mi esplendor te asusta, que ante mi grandeza tratas de afianzarte tú mismo. Pues bien, vengo por tanto a ti como niño, para que puedas acogerme y amarme.

lunes, 24 de diciembre de 2012

Adeste Fideles (Andrea Bocelli)

Navidad - Beato Columba Marmion

La venida del Hijo de Dios

La venida del Hijo de Dios a la tierra fue tan augusto acontecimiento, que quiso Dios irlo preparando durante muchos siglos; de modo que ritos y sacrificios, figuras y símbolos mosaicos nos hablaban ya de Cristo y anunciado por boca de los profetas, que, unos tras otros, se van sucediendo en Israel. Mas ya no son ellos sino el Hijo mismo de Dios quien viene a instruirnos:
Multifariam multisque nobis olim Deus loquens patribus nostris... novissime locutus est nabis in Filio (Heb 1,1). Porque Cristo no vino sólo para los judíos de su tiempo: sino que bajó del cielo para bien de todos los hombres: Propter nos et propter nostram salutem. Vino a distribuir a todas las almas la gracia que por su nacimiento nos mereció. Guiada la Iglesia por el Espíritu Santo, ha hecho suyos los suspiros de los Patriarcas, las aspiraciones de los antiguos justos, y los anhelos del pueblo escogido para ponerlos en nuestros labios y llenar nuestro corazón, queriendo nos preparemos al advenimiento de Cristo, como si cada año en nuestra presencia se renovase. Ved también cómo al conmemorar la Iglesia la venida de su divino Esposo a la tierra, despliega el esplendor de sus pompas, y celebra con todas las galas de su esplendor litúrgico el nacimiento del "Príncipe de paz" (Is 9, 6), del "Sol de justicia" (Mal. 4, 2), que aparece en medio de "nuestras tinieblas para iluminar a. todo hombre que viene a este mundo" (I Jn 1,5-9) ; además, otorga ese día a sus sacerdotes el privilegio de ofrecer tres veces el santo sacrificio de la Misa.

Navidad - Benedicto XVI (2006)

MISA DE NOCHEBUENA
SOLEMNIDAD DE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR
HOMILÍA DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI
Domingo 24 de diciembre de 2006

          ¡Queridos hermanos y hermanas!
          Acabamos de escuchar en el Evangelio lo que en la Noche santa los Ángeles dijeron a los pastores y que ahora la Iglesia nos proclama: « Hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un salvador, el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis una señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre » (Lc 2,11s.). Nada prodigioso, nada extraordinario, nada espectacular se les da como señal a los pastores. Verán solamente un niño envuelto en pañales que, como todos los niños, necesita los cuidados maternos; un niño que ha nacido en un establo y que no está acostado en una cuna, sino en un pesebre. La señal de Dios es el niño, su necesidad de ayuda y su pobreza. Sólo con el corazón los pastores podrán ver que en este niño se ha realizado la promesa del profeta Isaías que hemos escuchado en la primera lectura: « un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado. Lleva al hombro el principado » (Is 9,5). Tampoco a nosotros se nos ha dado una señal diferente. El ángel de Dios, a través del mensaje del Evangelio, nos invita también a encaminarnos con el corazón para ver al niño acostado en el pesebre.

Navidad - San Agustín

El nacimiento del Señor
1. Nada tiene de extraño el que ningún pensamiento, ninguna palabra humana, sea suficiente cuando nos aprestamos a alabar al Hijo de Dios tal como es junto al Padre, coeterno e igual a él, hijo en quien fueron creadas todas las cosas del cielo y de la tierra, las visibles y las invisibles; Palabra de Dios y Dios, vida y luz de los hombres. Pues ¿cómo podrá nuestra lengua alabar dignamente a quien aún no puede ver nuestro corazón, único ojo capaz de verlo a condición de purificarse de toda maldad y sanar la propia debilidad? Entonces, los que tengan limpio ya el corazón serán dichosos, porque verán a Dios. Nada tiene de extraño, repito, que no encontremos palabras para decir la única Palabra en la que se dijo que existiéramos quienes hemos de decir algo de ella. Estas palabras pensadas y expresadas las forma nuestra mente, que, a su vez, es formada por la Palabra. Ni crea el hombre las palabras del mismo modo que él es creado por la Palabra, puesto que tampoco el Padre engendró a su única Palabra del mismo modo que hizo todas las cosas mediante la Palabra. Así, pues, Dios engendró a Dios, pero el que engendra y el engendrado son, al mismo tiempo, un solo Dios. En cambio, Dios hizo también el mundo, pero el mundo pasa y Dios permanece. Y como las cosas hechas no se hicieron a sí mismas, de idéntica manera nadie hizo a aquel por quien pudieron ser hechas todas las cosas. Por tanto, nada tiene de extraño que el hombre, una más entre las creaturas, no pueda expresar con palabras la Palabra por la que todo fue creado.

MIsa de Navidad ( vespertina de la vigilia) Guión litúrgico


MISA VESPERTINA DE LA VIGILIA

ENTRADA: 
Hermanos: ¡¡¡Llega el Señor!!!  Jesucristo, Dios verdadero e Hijo único del Padre eterno, nace en Belén, de María Virgen, por obra del Espíritu Santo. Para celebrar con gozo la Buena Noticia porque Dios se hace hombre. Nos ponemos de pie y cantamos...

domingo, 23 de diciembre de 2012

Misa de Navidad (noche buena) Guión litúrgico


Misa de Nochebuena


ENTRADA:
Hermanos: Estamos aquí esta noche –Noche Buena; Noche Santa; Noche de Paz- para celebrar con inmensa alegría la Natividad de Nuestro Señor. En uno de los lugares más pobres de Belén, el niño Dios nace para traernos la salvación. Con la esperanza puesta en la llegada del Salvador al mundo, nos ponemos de pie y cantamos ...

Oraciones para bendecir la mesa de Navidad


Opción 1
          Padre, Hoy celebramos la Navidad, el día en que Tu Hijo, por amor a nosotros, se hizo hombre y nació de una mujer, la Virgen Maria.   Ese niño nos reune en esta Noche, alrededor de la mesa que vamos a compartir llenos de alegría, de esperanza, de amor y de paz, porque El nos hace sentir más que nunca familia.

sábado, 22 de diciembre de 2012

Domingo IV de adviento (ciclo c) - Juan Pablo II

JUAN PABLO II
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 2 de octubre de 1996
En el misterio de la Visitación
el preludio de la misión del Salvador

(Lectura: capítulo 1 del evangelio de san Lucas, versículos 44-45)

1. En el relato de la Visitación, san Lucas muestra cómo la gracia de la Encarnación, después de haber inundado a María, lleva salvación y alegría a la casa de Isabel. El Salvador de los hombres, oculto en el seno de su Madre, derrama el Espíritu Santo, manifestándose ya desde el comienzo de su venida al mundo.
El evangelista, describiendo la salida de María hacia Judea, usa el verbo anístemi, que significa levantarse, ponerse en movimiento. Considerando que este verbo se usa en los evangelios pare indicar la resurrección de Jesús (cf. Mc 8, 31; 9, 9. 31; Lc 24, 7. 46) o acciones materiales que comportan un impulso espiritual (cf. Lc 5, 27­28; 15, 18. 20), podemos suponer que Lucas, con esta expresión, quiere subrayar el impulso vigoroso que lleva a María, bajo la inspiración del Espíritu Santo, a dar al mundo el Salvador.

Domingo IV de adviento (ciclo c) - San Ambrosio

Feliz la que ha creído
Es normal que todos los que quieren ser creídos corroboren las razones que les den crédito. También el ángel que anunciaba los misterios, para inducir a creer por un hecho, ha anunciado a María, una virgen, la maternidad de una esposa anciana y estéril, mostrando de este modo que Dios puede hacer todo cuanto le agrada. Desde que oyó esto María, no como incrédula del oráculo, ni como insegura del anuncio, ni como dudosa del hecho, sino alegre en su deseo, para cumplir un piadoso deber, presurosa por el gozo, se dirigió hacia la montaña. Llena de Dios, ¿podía ella no elevarse presurosa hacia las alturas? Los cálculos lentos son extraños a la gracia del Espíritu Santo
Aprended también, piadosas mujeres, con qué apresura­miento habéis de ayudar a vuestras parientes que han de ser ma­dres. María, que antes vivía sola en su retiro más estricto; no la retiene ahora de aparecer en público el pudor virginal, ni de su intento la aspereza de las montañas, ni de prestar su servicio la longitud del camino. La Virgen se dispone a subir las mon­tañas, la Virgen que piensa servir y olvida su pena; su caridad la da fuerza y no el sexo; deja su casa y marcha.

Domingo IV de adviento (ciclo c) - Catena Aurea

Lucas 1, 39-45
Y en aquellos días, levantándose María, fue con prisa a la montaña, a una ciudad de Judá, y entró en casa de Zacarías, y saludó a Isabel. Y aconteció que cuando Isabel oyó la salutación de María, la criatura dio saltos en el vientre. Y fue llena Isabel del Espíritu Santo. Y exclamó en alta voz y dijo: "Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. ¿Y de dónde esto a mí, que la Madre de mi Señor venga a mí? Porque he aquí luego que llegó la voz de la salutación a mis oídos, la criatura dio saltos de gozo en mi vientre. Y bienaventurada la que creíste, porque cumplido será lo que fue dicho de parte del Señor".

San Ambrosio
Habiendo el ángel anunciado cosas ocultas para confirmar la fe con su ejemplo, anunció a la Virgen la concepción de una mujer estéril. Cuando María oyó esto, no como incrédula del oráculo, ni como incierta del mensajero, ni como dudando del ejemplo, sino como alegre del voto, religiosa por su oficio y transportada de gozo, se dirigió hacia las montañas. De donde sigue: "Levantándose María en aquellos días, se fue a las montañas". Llena ya de Dios ¿dónde había de ir con presteza sino hacia las alturas?

Orígenes
Jesús, que estaba en su seno, se apresuraba para santificar a Juan, encerrado aún en el vientre de su madre. Por lo que sigue: "Con premura", etc.

Domingo IV de adviento (ciclo c) Guión litúrgico

ENTRADA:  
Hermanos: Próximos a la Navidad, la Iglesia fija su mirada en María, Virgen y Madre. En Ella se manifiesta el amor de Dios, que por obra del Espíritu Santo envía a su Hijo, Jesucristo, para salvarnos y alegrarnos con su presencia. Los cuatro cirios encendidos de la corona de Adviento, nos señalan que Jesús, luz de las naciones, está muy cerca de nosotros. Con la esperanza puesta en su inminente venida, nos ponemos de pie y cantamos...

miércoles, 19 de diciembre de 2012

La doctrina social ha de considerarse importante para la nueva evangelización - Benedicto XVI

DISCURSO DEL
SANTO PADRE
 BENEDICTO XVI
A LOS PARTICIPANTES
EN LA
ASAMBLEA PLENARIA
DEL
CONSEJO PONTIFICIO
JUSTICIA Y PAZ
Lunes 3 de diciembre de 2012

Señores cardenales,
venerados hermanos en el Episcopado y en el sacerdocio,
queridos hermanos y hermanas:
          Me alegra acogeros con ocasión de vuestra asamblea plenaria. Saludo al cardenal presidente, a quien agradezco las corteses palabras que me ha dirigido, así como al monseñor secretario, a los oficiales del dicasterio y a todos vosotros, miembros y consultores, venidos para este importante momento de reflexión y de programación. Vuestra asamblea se celebra en el Año de la fe, después del Sínodo dedicado a la nueva evangelización, también —como se ha dicho— en el quincuagésimo aniversario del Concilio Vaticano II y —dentro de pocos meses— de la encíclica Pacem in terris del beato Papa Juan XXIII. Se trata de un contexto que ya de por sí ofrece múltiples estímulos.

martes, 18 de diciembre de 2012

Breve reseña del desarrollo histórico del adviento

La fecha inicial del año litúrgico era en el siglo V la festividad de la Anunciación. Celebrada al principio en marzo. Esta solemnidad fue trasladada a Diciembre. “Según lo que en otras partes se practica, dice el Concilio Toledano de 665, las fiesta de la Anunciación será celebrada el 18 de Diciembre en toda España, por caer a menudo en Cuaresma o en la solemnidad Pascual”. En el siglo X, el año comenzaba el primer Domingo de Adviento o sea unas cuatro o cinco semanas antes de Navidad. En un Concilio en Zaragoza (año 380) se prescribe una preparación de ocho días para la fiesta de Navidad. En el Concilio de Tours de 563, se menciona al Adviento como período litúrgico que tiene ya sus ritos y fórmulas propias.
La alegría que engendra el pensamiento de poseer dentro de poco al Salvador, fue y es todavía como la nota dominante del santo Adviento; por eso no se deja de cantar el Aleluya, y las campanas voltean mientras en el coro se entonan las grandes antífonas O.

lunes, 17 de diciembre de 2012

Los teólogos, sirviendo fielmente la verdad de la fe, pueden participar en el impulso evangelizador de la Iglesia - Benedicto XVI

DISCURSO DEL SANTO PADREBENEDICTO XVI
A LOS PARTICIPANTES EN LA ASAMBLEA PLENARIA
DE
LACOMISIÓN TEOLÓGICA INTERNACIONAL

Sala de los Papas
Viernes 7 de diciembre  de 2012

Venerados hermanos en el episcopado y en el sacerdocio,
ilustres profesores y queridos colaboradores:
          Con gran alegría os recibo al término de los trabajos de vuestra sesión plenaria anual. Saludo de corazón a vuestro nuevo presidente, monseñor Gerhard Ludwig Müller, a quien agradezco las palabras que me ha dirigido en nombre de todos, así como al nuevo secretario general, el padre Serge-Thomas Bonino.
          Vuestra sesión plenaria se ha desarrollado en el contexto del Año de la fe, y estoy profundamente contento de que la Comisión teológica internacional haya querido manifestar su adhesión a este evento eclesial a través de una peregrinación a la basílica papal de Santa María la Mayor para encomendar a la Virgen María, praesidium fidei, los trabajos de vuestra Comisión y para orar por todos los que, in medio Ecclesiae, se dedican a hacer fructificar la inteligencia de la fe en beneficio y alegría espiritual de todos los creyentes. Gracias por este gesto extraordinario. Expreso aprecio por el Mensaje que habéis redactado con ocasión de este Año de la fe. Este bien evidencia el modo específico en que los teólogos, sirviendo fielmente la verdad de la fe, pueden participar en el impulso evangelizador de la Iglesia.

domingo, 16 de diciembre de 2012

Novena de Navidad


NOVENA DE NAVIDAD

Introducción para comenzar todos los días:
Guía: Comencemos nuestro encuentro suplicando al Señor que abra nuestro corazón y nuestra mente a la espera de su venida y digamos todos juntos:
Todos: ¡Ven, Señor, has resplandecer tu rostro sobre nosotros y estaremos salvados!

Día 1°: Anuncio Lejano.
Guía: “¡Cielos destilen el rocío, nubes, derramen al justo, ábrase la tierra y brote la salvación, y ella germine la justicia!.
Adán y Eva, engañados por la serpiente, habían desobedecido a Dios, pero como Padre amoroso y bueno, Dios les promete la salvación.
Lector: Lectura del libro del Génesis, cap. 3, vers. 1-6; 14-15.
Guía: Hagamos un momento de silencio para escuchar lo que Dios quiere decir a nuestros corazones.
Oración: Señor, Dios Padre Todopoderoso que por tu inmenso amor por el hombre no lo dejaste caído, sino que prometiste a tu mismo Hijo como Redentor, concédenos prepararnos dignamente a la celebración de tu venida.
Todos: AMÉN.
(se hacen las siguientes peticiones, a las que todos responden: “Te rogamos, Señor”)
1. Que todo el mundo te espere con fe.
2. Que tu bondad alcance hasta para los que no creen.
3. Que los cristianos demos testimonio del amor que nos das a través de tu Hijo Jesucristo.
4. (se pueden agregar otras peticiones)

sábado, 15 de diciembre de 2012

Domingo III de adviento (ciclo c) - Benedicto XVI

BENEDICTO XVI
ÁNGELUS
III Domingo de Adviento,
17 de diciembre de 2006

          Queridos hermanos y hermanas: 
          En este tercer domingo de Adviento la liturgia nos invita a la alegría del espíritu. Lo hace con la célebre antífona que recoge una exhortación del apóstol san Pablo:  "Gaudete in Domino", "Alegraos siempre en el Señor (...). El Señor está cerca" (cf. Flp 4, 4-5). También la primera lectura bíblica de la misa es una invitación a la alegría. El profeta Sofonías, al final del siglo VII antes de Cristo, se dirige a la ciudad de Jerusalén y a su población con estas palabras:  "Regocíjate, hija de Sión; grita de júbilo, Israel; alégrate y gózate de todo corazón, hija de Jerusalén. (...) El Señor tu Dios está en medio de ti como poderoso salvador" (So 3, 14. 17). A Dios mismo lo representa el profeta con sentimientos análogos:  "Él se goza y se complace en ti, te renovará con su amor, exultará sobre ti con júbilo, como en los días de fiesta" (So 3, 17-18). Esta promesa se realizó plenamente en el misterio de la Navidad, que celebraremos dentro de una semana y que es necesario renovar en el "hoy" de nuestra vida y de la historia.

Domingo III de adviento (ciclo c) - Guión Litúrgico

ENTRADA:  
Hermanos: ¡Alegrémonos! ¡El Señor viene a salvarnos! Él viene a liberarnos del mal y del pecado, a sostener nuestra esperanza. Como dice San Pablo: “Estén siempre alegres en el Señor; les repito: estén alegres, porque el Señor está cerca.” En este tercer domingo de Adviento, encendemos la tercera vela de la Corona. El hecho de prenderlas de a una cada domingo implica que, conforme aumenta su luz, las tinieblas se van disipando, anticipando la llegada de Jesucristo que es luz para nuestra vida. Nos disponemos a celebrar esta Eucaristía, poniéndonos de pie y cantando...

Domingo III de adviento (ciclo c) - Catena Aurea

Lucas 3,10-18
          Y preguntándole las gentes: "¿Qué es, pues, lo que debemos hacer?" Les respondió diciendo: "El que tiene dos vestidos dé al que no tiene ninguno, y haga otro tanto el que tiene qué comer". Y vinieron también a él publicanos para que los bautizase, y le dijeron: "Maestro, y nosotros, ¿qué debemos hacer?" Respondióles: "No exijáis más de lo que os está ordenado". Le preguntaban también los soldados: Y nosotros, ¿qué haremos?" A éstos dijo: "No maltratéis a nadie, ni le calumniéis, y contentaos con vuestras pagas".
          Mas opinando el pueblo que quizá Juan era el Cristo y prevaleciendo esta opinión en los corazones de todos, Juan lo rebatió diciendo públicamente: "Yo en verdad os bautizo con agua; mas está para venir otro más poderoso que yo, al cual no soy digno de desatar la correa de sus zapatos: El os bautizará con el Espíritu Santo, y con el fuego. Tomará en su mano el bieldo, y limpiará su era, metiendo después el trigo en su granero, y quemando la paja en un fuego inextinguible".
          Muchas cosas, además de estas, anunciaba al pueblo en las exhortaciones que le hacía.
 
San Gregorio Magno, homilia in Evangelia, 20
Consta por las precedentes palabras de Juan Bautista que se turbaron los corazones de los oyentes que le pedían al Bautista consejo, como se ve por lo que sigue: "Y preguntándole, etc."
 
Orígenes, in Lucam, 23
Tres clases de personas preguntan a San Juan acerca de su salvación: Una a quien la Escritura llama turba, otra a quien llama publicanos, y la tercera la comprendida bajo el nombre de soldados.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Domingo III de adviento (ciclo c) - San Juan de Avila

Venida de Cristo al alma:
¿cómo prepararse?

Fuele preguntado a San Juan Bautista, quién era, y él respondió: Yo Bautista no soy el Mesías, ni Elías, ni soy aquel profeta de quien dijo Dios a Moisés: Yo resucitaré un profeta de medio de tus hermanos como tú, y quien de éste me tocare, él me lo pagará. Ninguno de éstos—dice San Juan—yo no soy. —Pues, si tú no eres ninguno de éstos, dicen ellos, ¿cómo has sido osado de esto poner rito nuevo en el pueblo?, ¿cómo bautizas? —No os espantéis, que mi baptismo no hace más de lavar la cabeza y el cuerpo con sola agua; no es más de para que los que vienen a él profesen que son pecadores y que han menester quien los lave de sus pecados. (No era aquel bautismo como el nuestro de ahora, que da gracia.) Empero, en medio de vosotros está uno al cual no conocéis vosotros y al que os convenía conocer; éste lava con agua y fuego y mete la mano en las almas y de sucias las hace limpias, y yo soy tan dife­rente de Él que aun no soy digno ni merezco servirle de mochacho para descalzarle los zapatos; éste es de quien otras veces os he profetizado y predicado que, aunque viene des­pués de mí, es hecho primero que yo. De manera que este que os digo que está entre vosotros es tan mayor que yo, que no merezco yo descalzarle los zapatos ni servirle de esclavo. Dice el evangelista que los que traían aquel mensaje eran de los fariseos, para dar a entender que era mensaje muy grande y muy honrado, porque eran ellos los más honrados.

jueves, 13 de diciembre de 2012

San Juan de la Cruz ¿tiene algo que decirnos también a nosotros? - Benedicto XVI

BENEDICTO XVI
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 16 de febrero de 2011
San Juan de la Cruz

          Queridos hermanos y hermanas:
          Hace dos semanas presenté la figura de la gran mística española Teresa de Jesús. Hoy quiero hablar de otro importante santo de aquellas tierras, amigo espiritual de santa Teresa, reformador, junto a ella, de la familia religiosa carmelita: san Juan de la Cruz, proclamado doctor de la Iglesia por el Papa Pío XI, en 1926, y llamado Doctor mysticus, «doctor místico», en la tradición.
          Juan de la Cruz nació en 1542 en el pequeño pueblo de Fontiveros, cerca de Ávila, en Castilla la Vieja, de Gonzalo de Yepes y Catalina Álvarez. La familia era muy pobre, porque al padre, de noble origen toledana, le habían echado de casa y desheredado por haberse casado con Catalina, una humilde tejedora de seda. Huérfano de padre en tierna edad, Juan, a los nueve años, se trasladó con su madre y su hermano Francisco a Medina del Campo, cerca de Valladolid, centro comercial y cultural. Allí frecuentó el Colegio de los Doctrinos, desempeñando también algunos humildes trabajos para las hermanas de la iglesia-convento de la Magdalena. Sucesivamente, dadas sus cualidades humanas y sus resultados en los estudios, fue admitido primero como enfermero en el Hospital de la Concepción, después en el Colegio de los Jesuitas que se acababa de fundar en Medina del Campo: aquí Juan entró con dieciocho años y estudió durante tres años humanidades, retórica y lenguas clásicas. Al final de la formación, tenía muy clara su vocación: la vida religiosa, y entre las numerosas órdenes presentes en Medina se sintió llamado al Carmelo.

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