domingo, 8 de julio de 2012

Los verdaderos vínculos con el Papa - Mons Antonio Filipazzi

Fe, liturgia y disciplina
los tres vínculos de la verdadera
comunión con el Papa

Mons. Antonio Guido Filipazzi
Nuncio Apostólico en Indonesia

 «La voz del Papa no es una voz como las demás». Lo dijo el arzobispo Antonio Filipazzi, Nuncio apostólico en Indonesia, durante la homilía que pronunció el viernes por la tarde en la catedral de Jakarta por la Solemnidad de los Santos Pedro y Pablo.
Citando el Concilio Vaticano II, el Nuncio subrayó que «es muy importante que cada fiel y cada comunidad cristiana esté en plena comunión con el Papa». El Nuncio explicó que «no se trata simplemente de un sentimiento de simpatía, de un interés intelectual por lo que dice, o de actos solamente exteriores de entusiasmo para con él. Hay que estar ligados al Papa con vínculos objetivos, visibles, concretos, con esos vínculos que nos unen entre nosotros en la Iglesia».
 
LA FE
 Monseñor Filipazzi después indicó los tres vínculos de unidad con el sucesor de Pedro. Sobre todo, la fe: por ello, la voz del Papa no es comparable con «las opiniones de los teólogos, ni siquiera con la de los obispos, sino que es un criterio determinante para evaluar las doctrinas que se enseñan y se predican en la Iglesia, y las opiniones y las teorías que se difunden en la sociedad... El Papa no necesita nuestros aplausos cuando habla, sino que es necesario que su enseñanza se convierta en el punto de referencia constante para nuestros pensamientos y nuestras acciones».

LA LITURGIA
 El segundo vínculo es el de la liturgia: «Como a menudo nos ha recordado Benedicto XVI, nosotros debemos celebrar la liturgia no como algo que inventamos a placer, según nuestras ideas, siguiendo las modas o las teorías del momento, sino que debemos celebrarla como algo más grande que todos nosotros, en la que nosotros entramos y con la que plasmamos nuestra plegaria».
 «Es necesario –añadió el Nuncio en Indonesia– apelar con fuerza la fidelidad hacia las normas sobre la liturgia que ha dado la Iglesia: los obispos y los sacerdotes, ministros de la santa liturgia, no son sus padrones, no pueden cambiarla a placer, y los fieles no deben considerar que las celebraciones litúrgicas pueden ser objeto de sus gustos y deseos. La liturgia no pertenece a nadie y no puede ser manipulada por nadie».

LA DISCIPLINA
El tercer y último vínculo es el de la disciplina: a Pedro y a sus sucesores, así como a los obispos en comunión con el Papa, «fue confiada la tarea no solo de enseñar y santificar, sino también la de gobernar al pueblo de Dios, dándole directirces y normas, que deben ser acogidas con respeto y obediencia».
«No se trata de decisiones arbitrarias de los que tienen el poder –indicó Filipazzi–, sino que a través de ellas se nos manifiesta la divina voluntad... La mentalidad corriente ce a menudo en las leyes y en la autoridad un límite y un obstáculo para la libertad, en vez de una ayuda para vivir la libertad según la verdad y por el verdadero bien de todos. Incluso en las comunidades cristianas permanece la falsa convicción de que el derecho se opone a la pastoral, mientras, en cambio, las leyes también son por el bien de las almas, y existe el riesgo de que en nombre de la pastoral se comentan injusticias y abusos».
«La verdadera comunión con el Papa –concluyó el Nuncio–, pues, también pasa a través de la fiel obediencia a las normas y directrices de la Sede Apostólica. Y no hay unión con el sucesor de Pedro si estas normas y directrices se ignoran, se rechazan o no se desarrollan», con el pretexto de la situación local o de la pertenencia a una cultura particular.
Andrea Tornielli
Ciudad del Vaticano

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Vistas de página en total

contador

Free counters!