jueves, 8 de febrero de 2018

El milagro para la canonización del Papa Pablo VI

Vanna Pironato y su hija Amanda


La propia madre de Amanda, Vanna Pironato, la que ha mostrado su alegría al conocer la noticia de la canonización y ha expresado su agradecimiento al Giornale di Brescia.

 “Los primeros días fueron fundamentales para la supervivencia de mi pequeña”, cuenta al diario bresciano. Además, destaca las “lágrimas de alegría” que le cayeron cuando su hija sanó y supo que no moriría. “Fue un momento inolvidable”, confiesa.
“Ahora somos sencillamente una familia normal, una familia que ha recibido un don extraordinario. Tengo que admitir que a veces no nos damos cuenta de lo que ha sucedido”, dice Amanda. 

Visitar la casa del Papa

Entre sus planes asegura que está conocer mejor la figura del futuro santo. “Me gustaría mucho ver donde ha nacido aquél al que consideramos uno de nuestra familia. El Papa Montini es una presencia fundamental y constante de nuestra vida y lo será siempre. Visitar su casa será un modo de sentirlo todavía más cerca nuestro”.
Todo comenzó en un nicho bajo el retablo del altar de San Girolamo, donde está custodiada una reliquia del beato Pablo VI: la camisa ensangrentada que llevaba en el momento en el que sufrió el atentado en manila el 27 de noviembre de 1970.
El 24 de noviembre, Vanna se arrodilló ante el altar del Santuario de las Gracias cuando la reliquia todavía no estaba ahí. El Papa Francisco había proclamado beato al pontífice tan solo unos días antes, el 19 de octubre.
Vanna había roto aguas el 23 de septiembre, pero su hija Amanda contaba con tan sólo 13 semanas y 3 días y los médicos le habían comunicado que había pocas posibilidades de que la niña sobreviviera. Aun así, el 25 de diciembre nació con tan sólo 865 gramos.
El pasado 13 de diciembre, los médicos y teólogos que han investigado el caso durante años confirmaron que la curación de la niña se trata de un milagro.
Vanna Pironato, madre de Amanda ha sabido de esta confirmación en la casa que tienen en Legnago (Verona), junto a su hija Amanda, su hijo Riccardo y su marido Alberto.
También ha hablado el sobrino de Pablo VI, Fausto Montini, quien recuerda a su tío como “un punto de referencia fundamental en nuestra familia”.
“Teníamos con él una relación muy afectuosa, una relación que mantuvimos también después de que se convirtiera en Papa, pero evitando ser inoportunos”, declara.
Aun así, asegura que “cuando teníamos algún problema en la familia, algo que no iba bien acudíamos siempre a él: era nuestra luz”. “Era una persona reservada pero muy afectuosa. Nos mandaba tarjetas escritas a mano para felicitarnos los cumpleaños y los santos, y en esos mensajes se puede ver todo lo delicado que era”, afirma.

El milagro

La fe llevó a una futura madre a pedir la intercesión ante Dios por un milagro al Papa de la encíclica Humanae Vitae, texto que defiende la transmisión de la vida. El pequeño y gran milagro se llama Amanda, una niña bella y risueña que nació el 25 de diciembre 2014 con apenas 24 semanas y 4 días de gestación.
La niña nació prematuramente tras un parto complicado, el rompimiento de la placenta y la incompatibilidad con la vida sin el liquido amniótico. Los médicos aconsejaban el aborto.
La placenta se rompe a las 13 semanas y 3 días. La madre desesperada, Vanna Pironato, no se resigna. Ella rezaba por un milagro en el Santuario de la Virgen de las Gracias ubicado en Brescia, ciudad natal de Giovanni Battista Montini que nace en Concesio (Brescia) el 26 de septiembre de 1897, el papa Pablo VI (1963-1978).
El aborto era una opción inminente. “Si la membrana de la placenta no se reponía, el corazón del feto dejaría de latir”, dicen los médicos que hacen lo posible para salvarle la vida.
La joven madre pidió la intercesión del beato. Lo hizo en un lugar muy especial para Pablo VI, el santuario donde maduró su juvenil vocación sacerdotal y donde iba a rezar con su familia todos los domingos.
Se trata de un Santuario dedicado a la Virgen, cuya iglesia mayor (hoy basílica) se encuentra adyacente a la casa paterna de Montini y está dedicada a la festividad mariana que se celebra cada 8 de septiembre.
El doctor Giuseppe Noia, especialista en obstetricia del Policlínico Gemelli de Roma, realizó una amnioinfusión, es decir introduce liquido fisiológico en la placenta en el lugar del liquido amniótico natural para que los pulmones de la niña puedan desarrollarse.
La mamá se trasladó desde Roma al hospital de Monza para acercarla a la familia bajo los cuidados de la doctora Patrizia Vergani. Vanna recibe en su cuerpo dos amnioinfusiones, pero la segunda presenta grandes pérdidas. Amanda sorprende a la ciencia y continúa creciendo. Finalmente nace en Navidad.
Amanda viene al mundo frágil, con el peso de las 26 semanas de gestación, apenas 865 gramos, ante la incredulidad de los médicos que dudaban de su supervivencia. Su pequeñísimo cuerpo fue entubado, llevado a terapia intensiva y puesto en incubadora.
De hecho, la Congregación para las Causas de los Santos del Vaticano estaba verificando desde hace un año este caso, que ha sido comprobado y que constituiría el segundo milagro necesario para la canonización de Papa Montini. Vanna Pironato ha vuelto al santuario mariano para agradecer.

El primer milagro de Montini para ser beato
¿Cuál es el itinerario para ser declarado santo en la Iglesia católica? En primer lugar, el reconocimiento de las “virtudes heroicas”; luego, se le declara “siervo de Dios”; después beato y, finalmente, santo.
De esta forma, volviendo al caso Montini, luego de pasar la evaluación de una rígida comisión médica estadounidense, se certificó el primer milagro para la beatificación relacionado también con un embarazo difícil.
En el primer caso, una mujer de California se había negado a abortar. Los médicos le insistían que lo hiciera debido a la malformación del feto y las pocas esperanzas de vida. La mujer confía su dolor a la fe. El niño se salva y nace sano.
El papa Francisco sucesivamente, el 19 de octubre de 2014, declaró beato a Pablo VI en el contexto del primer Sínodo sobre la Familia. Ya Benedicto XVI lo había declarado Siervo de Dios el 20 diciembre 2012.
De hecho, durante su reciente visita a Bozzolo, Italia, el Pontífice latinoamericano manifestó su deseo de canonizar al papa Pablo VI, reveló el director de la revista diocesana, La Voce del Popolo, Adriano


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